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Quid pro quo

El asombroso viaje de Pomponio Flato

Eduardo Mendoza nos vuelve a deleitar con esta perla literaria, donde Pompio, romano de la orden ecuestre, viaja a los confines del imperio en busca de aguas con propiedades milagrosas. En una de sus etapas, recala en Nazaret, donde es contratado por un niño llamado Jesús, para ayudar en el esclarecimiento de un asesinato y así exculpar a su padre. Con estos mimbres Mendoza y dejando de lado esta vez a su amada Barcelona, nos hace reir de nuevo en un libro sin pretensiones y que tiene,  además, cierto carácter didáctico.

Genial es el momento en que José, el carpintero, le dice que está dispuesto a amar a sus enemigos tanto como  a sus amigos y Pomponio le replica que menuda estupidez. En ese caso, pregunta, ¿cómo distinguiremos lo justo de lo injusto y lo bueno de lo malo? Excelente trabajo.

2 comentarios

guerreronegro -

Mendoza ultimamente solo escribe libros para vender. por eso lo hace cada x tiempo y sin el carisma y la frescura de antaño. puaffff

Susana -

Me ha gustado el libro, pero siento discrepar porque creo que está a años luz del Misterio de la cripta embrujada y de Sin noticias de Gurb...