Los globos-sonda del verano
Ya me cuidaré mucho de alabar a este gobierno incapaz y necio, que sigue punto por punto el rumbo desconocido que Rodríguez Zapatero elige de vez en cuando, en función de sus ocurrencias. Zapatero va a pasar a la historia como el Presidente de la nación más incapaz, menos cualificado y con menos tino en sus decisiones, ya sean respecto a la economía, a la lucha contra ETA o, no digamos, en política internacional.
Hecho este inciso es inaceptable y vergonzosa la estrategia de globos-sonda a la que la oposición nos está condenando en este sofocante (y demasiado largo) verano. Empezaron con el trato desigual al que la justicia y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado sometían a 'sus corruptos', cuando un líder con algo de carisma y decencia moral jalearía a la justicia para que golpease con toda su fuerza a esos indeseables ladrones. El sabor que le queda a la opinión pública es que Rajoy cree que sus delincuentes valen más que los contrarios y que defiende lo indefendible, en vez de poner orden en su partido. Lo siguiente ha sido escuchar a la portavoz del PP, María Dolores de Cospedal denunciando (sin ponerse un ápice colorada) al Gobierno por realizar escuchas ilegales a los miembros de su partido. Sin pruebas, sin concretar a quien exactamente estaban espiando y con que propósito ¿dónde están los micros? ¿hay quizá otras pruebas? ¿qué información relevante ha sido filtrada para llegar a esa conclusión? El esperpento de estas declaraciones, enmarcadas en una estrategia de descrédito al gobierno (como si le hiciera falta a Zapatero ayuda en ese sentido) ha tenido su punto álgido en las recientes declaraciones de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, acusando, esta vez sí, con nombres y apellidos, al Ministro Pérez Rubalcaba de orquestar este complot contra su partido. Al día siguiente y, ante la lógica avalancha de demandas consecuencia de esta incontinencia verbal a la que podía ser expuesta, Aguirre ha tenido que desdecirse. Donde dije digo, digo Diego y a otra cosa. La intoxicación ya está hecha, la calumnia en politica es un pecado muy menor y de esto seguro que se recogen suficientes ventajas, en forma de votos.
¿Es esto forma de hacer política? ¿tan malos somos que nos merecemos a estos politicos? ¿no hay alternativas?
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Fran -